Así que bueno, enjoy this little part!
4.
Los 7 meses que había trabajado con él no bastaban como para habituarme a su presencia y a todas las estupideces que me hacía pasar.
En una sola semana, se dedicó a: esconder mi ropa interior en un casillero para los clientes, (los cuales descubrieron primero que yo este hecho) abrir la cortina mientras me estaba cambiando, (gracias a Dios que ya casi había terminado) destruyó la maqueta en escala que había hecho del hotel y me hizo caer por quinta vez a la alberca.
La paciencia se me acababa lentamente. Estaba segura de que si se le cruzaba por la mente hacerme otra de sus bromas pesadas iba a explotar. Y lo hice.
Lo peor del caso, era que Christopher no era desagradable (al menos para las demás personas). Él tenía un carisma sorprendente e hipnotizador que te llevaba con él a donde quiera que fuera. Al principio, se me hacía muy difícil enojarme con él, a veces me pedía disculpas en el pasado, pero era porque no nos conocíamos demasiado… Pero después de un plazo de tiempo, dejó de hacerlo, y a mí se me hizo menos difícil odiarlo hasta el punto en que lo adiaba ahora.
Christopher, quizá, se cruzó por mi camino por pura casualidad… Pura mala suerte, diría yo.
Vio a una tierna y joven enanita de cabello castaño, ojos cafés y piel morena sentada en una mesa mientras todos bailaban y por alguna razón se le hizo irresistible el impulso de agredirla todos los días de su maldita vida.
En cambio, la enanita vio a un joven alto, con la piel morena a causa del sol, pero que aún conservaba la huella de que alguna vez fue una piel blanca y pálida, cabello hecho un lio (a pesar de que no tenía demasiado…) de un color amarillo que parecía artificial, ojos azules… Cautivadores, profundos, pero no tan grandes, y una sonrisa que esplendía aún estando a muchos metros de él.
Que hizo la enanita? Nada, el gigante hermoso no la dejo si quiera reaccionar por que este ya le había hecho una broma pesada.
Cualquier adolescente ilusa e ingenua, (En muchos casos, cualquier mujer) al momento hubiera muerto de amor por él… Estoy segura que hubieran considerado una bendición que un hombre como “ése” si quiera les hablara… De verdad, me siento complacida de ser un espécimen raro de mujer, la que no muere por un hombre hermoso, impertinente y vacio… Los que atraen a las mujeres ingenuas e ilusas.
Christopher acabaría con mi paciencia… Y lo haría más rápido de lo que me hubiera imaginado jamás.
