Saturday 18 April 2009

In Christopher's Memory

Blah blah!!! Hope you enjoy this part too ._.

Hum... ah si, sólo quiero aclarar que esta historia ya esta hecha, completada, editada y fue escrita hace como hace más de medio año... Para que no crean que tardo en pensar nuevas ideas... Pues ya esta terminado este escrito...

Ahora... You... Enjoy this part n.n


6.


-Y… Al final que era lo que estaba diciendo Chris por todos lados?-Pregunté con timidez a Linda.
-Ah, eso.-Dijo sin interés- Se la pasaba hablando de ti. Nunca se callaba, decía que iba a hacer esto y lo otro, y que el otro día te hizo eso y que no sabía qué hacer para remediarlo… Sin ofender Leah, pero era desesperante escuchar tanto de ti en todo el día.

Me dedicó una sonrisa sincera y yo le respondí con una más amplia. No me acostumbraba a ser la niña de los ojos del muchacho más apuesto de todo el hotel, y no sólo un muchacho apuesto (perfecto), si no que era… Era Christopher, mi ex-némesis.

Sentados en la orilla de la alberca, balanceando los pies en el agua nos encontrábamos algunos del equipo, ya que habían escuchado las nuevas.

-Sí, no se callaba, y después nos amenazaba con que si te decíamos algo.-Comentó Daniel entre risitas-Ese idiota de Chris de verdad que no sabía que era la discreción.
-Jajá! Al menos para nosotros, ella nunca se dio cuenta!!-Exclamó Alexander carcajeándose.
-Si bueno…-Dije sonrojándome más.

Escuché unos pasos tras de mí y levante la cabeza, con el sol tapándome la vista. Era Chris, y con la luz del sol parecía ser un Dios.

-Hola-Dije mirándolo con un ojo.

Él me sonrió y me tendió su mano para que me levantase.
Antes de irnos voltee atrás y contemplé como los demás se mantenían viéndonos con una sonrisa dibujada en sus labios: Una sonrisa de cómplices.

-Ven, Leah-Me dijo mientras tomaba mi mano para guiarme hacia el hotel.

Subimos las escaleras hasta llegar a una habitación con una puerta blanca. Era la suite 327.

-Ábrela- Me ordenó con una sonrisa radiante y llena de emoción.

Me sonrojé antes de asentir y abrí con intencionada lentitud la habitación.

La habitación estaba cuidadosamente y sublimemente arreglada. El atardecer hacía juego con las flores amarillas que estaban regadas en el piso y la cama, blanca y bien tendida daba la sensación de frescura que un hotel con mar producía.
Voltee a verlo y al instante cerró la puerta suavemente y me miró por encima de las pestañas. Una sonrisa tierna se esbozó en sus labios y me congelé como solía hacer tan seguido.

-Te gusta?-Preguntó sin perturbar su expresión perfecta.
-S-si…-Titubeé un poco- Que vamos a…?

Christopher amplió su sonrisa y se acercó a mí lentamente. Las mejillas me ardían como nunca lo habían hecho antes, y distinguí que él ya lo había notado.

-Por qué se sonroja tanto, mi bella dama?-Preguntó tocando mis mejillas.
-Esto… No es nada… Siempre lo hago…

Entrecerró sus ojos y me tomó por los hombros. El cuerpo se me congeló de nuevo.

-Podemos proseguir, Leah, mi ingenua dama?


Y cedí ante su poder.

Monday 13 April 2009

Divagaciones

Pues... Para ser sincera esta entrada es... tan... Mala...


Pero... Es sólo para que no se quede tan olvidado mi blog -___-


Intentaré nunca jamás publicar entradas como estas... Pues... Las odio!! Ya, sólo lean...






Sigh… Mis intentos por lesionar mi cuello han sido en vano, aún si moviese la cabeza por 3 horas nada podría pasarme… Y cuando pensé que ese viejo músculo había vuelto a inflamarse y/o molestarse, el dolor se esfumó… Como mi esperanza de que el universo por fin cambiase de idea.

Aunque giraran mi cabeza incontables veces el dolor no duraría demasiado, ¿Por qué? Pues mi deseo es enorme, quizá sea tan puro y siniestro que el universo me da exactamente lo que quiero, y nada más que eso. “Si lo quieres, es técnicamente imposible que lo tengas, cariño.”

¿Pero por qué no puedo ser como ese puerco que se la pasaba alardeando el hecho de su evidente perfección por las tierras de Asia?

Ya se lo he dicho unas millones de veces, pero mi constante inseguridad me hace caer, me hace…



Entonces colocaste tu mano en mi brazo, mi inmediato pensamiento fue:


“RÓMPELO!! RÓMPELO MALDITA SEA!! SI QUIERES AYUDARME RÓMPEME EL BRAZO! QUIERO RETORCERME EN ESE SUPERFICIAL DOLOR! QUIERO SUMERGIRME EN LAS MÁS PROFUNDAS AGUAS NEGRAS DE LA AGONÍA!”

Claro que no me rompiste el brazo… Quizá era demasiado pedir…

Si mi deseo pudiera disminuir, si yo pudiera…


-A los escritores como nosotros no nos pasa nada interesante, nos reconfortamos con nuestros escritos, creyéndolos reales, para así no aburrirnos tanto.


Mantengo lo que dije.


¿A cuántas personas he matado? ¿Cuántas lágrimas se han derramado?


¿Es que mis palabras te hieren? Yo no puedo hacer eso, ¿por qué no? No lo sé… Ese viejo se conforma mirando como todas las heridas que he querido que fueran superfluas, son internas y ardientes; crece el miedo cada vez más, cada día. Ay viejo… tengo tanto miedo…


Estoy tan llena de ese miedo… Y me mata..! Y me hace alejarme de toda luz..

“Cuando dejes de sufrir, dejarás de sufrir”

Que molesto se me hace tener todas las respuestas y no saber utilizarlas!

Es que no he cambiado nada en absoluto?


Algún día voy a ser como tú… Y… Verás que voy a dejar de sufrir por estas estupideces. Lo vas a ver...

Monday 6 April 2009

Alucinaciones.

Alucinaciones. Por qué? Pues... Quizá el 98% de mis randoms escritos se forman por una alucionación que tuve en el día. Son imágenes que llegan a mi mente sin razón aparente... Me quedo en blanco por unos segundos, a veces, minutos, y estas alucinaciones pueden ser como esta entrada, practicamente lo que vi... O pueden convertirse en historias extremadamente largas (Ejemplos: In Christopher's Memory, The Dance Of Eternity e incluso Gaara Story)...

Esta se me ocurrió mientras veía una película xDDD

Me pareció muy aaaawwww así que decidí escribirla... Son las 5:00 de la mañana... For God's Sake...

I hope you like it... There's not a background story:



MILK


La muchacha despertó a causa de los rayos solares que poco a poco iluminaron su habitación y anunciaron el comienzo de un nuevo día.
Naturalmente, ella vivía sola- a pesar de ser tan joven- y eso no le molestaba en absoluto. Se sentía libre de poder estar en la casa cuando quisiera y como quisiera, y esta mañana no era la excepción.

Se levantó de la cama y se desperezó lo suficiente como para saber por donde caminaba. Miró con detenimiento su cuarto y reparó en que todo seguía como lo había dejado. Todo estaba en orden.

Se sacudió un poco el cabello que se había despeinado durante el transcurso de la noche y se quedo con lo que usaba como pijama. (Simplemente una blusa de tirantitos y unos bóxers, que la hacían lucir más femenina que masculina).

Bajó con cautela y flojera las escaleras y se dirigió hacia su cocina con los ojos somnolientos, casi cerrados.

La blanca cocina estaba aún más iluminada que su propio cuarto, tanto que le lastimo los ojos. Levantó una mano para tapar el sol que se asomaba por la ventana y se dirigió hacia su pequeño refrigerador.

Sacó perezosamente la caja de leche y la puso en la barra. Se dirigió hacia la gaveta de los vasos y sacó uno.

Los ojos ya no los tenía cerrados y el sueño se iba desvaneciendo poco a poco, con cada uno de sus movimientos; estaba casi completamente despierta.

Tomó la leche y antes de levantarla para verterla en el vaso, escucho un chasquido delante de ella y miró hacia arriba.

El joven que se mantenía parado en el portal de la puerta del jardín la miraba con los ojos bien abiertos. Ella lo miró atónita y él pudo contemplar como sus ojos hazel recobraban ese brillo que tanto adoraba.

La boca de la muchacha se mantenía medio abierta y la leche la tenía suspendida quizá unos 2 milímetros arriba de la barra. El rubor se desplazó después de 10 o 15 segundos y la palidez desapareció por completo de su lindo rostro de jovenzuela.


Silencio.


Él posaba el brazo izquierdo en el marco de la puerta y la miraba con una disimulada sonrisa, en sus ojos se podía notar su pensamiento: Él creía que era bella.
Utilizaba unos jeans maltratados, una camisa blanca y una chaqueta color beige. Quizá demasiado elegante para él. El cabello no era demasiado abundante, de un volumen normal… Y el rostro… Oh Dios, el rostro…. Cómo había mejorado en esos años!!

Ella no lo había notado, pero había dejado de respirar desde hace un tiempo.

Tomó una bocanada de aire y se hizo para atrás con miedo. Se recargó en la pared de la cocina.

Él se movió sin prisa pero sin lentitud. Se acercó casi sin pena hacia ella y la miró de cerca. Posó su mano en la pared y la acorraló, sin salida.

Ella pudo vislumbrar sus ojos café claro, casi tan claro como para considerarlos color miel.

-Vienes por mi Cain?- Preguntó ella apenas pudiendo articular su voz
-Dudaste tan siquiera por un momento el que volvería?-Preguntó el muchacho con perspicacia.
-Para serte honesta, sí.
-Bueno, ambos sabemos que la fe no es tu fuerte, Dior- Sonrió él con energía.

Se acercó más ella y colocó sus labios cerca de su oreja. Dior pudo apreciar el aroma tan peculiar de Cain... Lo extrañaba tanto.

-Por cierto-Susurró él- Te ves hermosa así.