Thursday 29 January 2009

White Walls: Breathing

Please, Enjoy the fun.







Toc… Toc…


Este lugar tan… Aburrido y polvoriento sólo me hace sospechar más de él…. O de ella, lo que sea que sea.
Algo se mueve!!! Oh Dios algo se mueve!!!

-Entonces, dos cuartos son un medio- Decía la maestra mostrándome los pobres gráficos de mi libro de matemáticas.

Pero cuánto odiaba ese libro de matemáticas!!!

La puerta de mi terraza se vuelve a azotar… La puerta de mi terraza se vuelve a azotar…

Y entonces ese día ella me preguntó porque se azotaba con tanta violencia… Y yo contesté que era el viento… Pues que más iba a ser?

No había viento ese día.


Y la puerta de mi terraza se vuelve a azotar…


-Que quiere decir que un medio es igual a 2 cuartos.-Decía… Distante… Inaudible…

Pero por que una niña de 11 años tiene que estar escuchando esto??? Porque tiene que estar atormentándome en mi propia casa??

Su respiración profunda e infecciosa incrementó su volumen… El sudor, frío, resbalaba lentamente por mis sienes… Y la maestra no se movía… Incluso parecía un poco muerta.

Su jadeo constante…. Su respiración que da pena… Que da miedo… Terror. Yo diría que terror.

La maestra se dejó de mover… Porque? Parece que el tiempo se hubiera detenido. De hecho, lo único que se ha detenido es la maestra… Está con la boca abierta… La cabeza recostada en mi libro de matemáticas de sexto año… Y los ojos… Perdidos… Ausentes… Qué le pasó??


Mas respiraciones… Y una mosca se posa en el ojo de la maestra.
Mas respiraciones… La puerta de mi terraza se vuelve a azotar…


-Quién está ahí?-Pregunte con mi voz melodiosa de niña.


La respiración parece toser… La respiración me escucha.

-Por qué mataste a mi maestra? Odio las matemáticas, pero a ella no.

Profunda… Agonizante… La respiración se convirtió en un suspiro…

-D…os… Do.ss M..maaass…

Su voz, tan jadeante y cansada, tan llena de dolor… Tan llena de perpetuo sufrimiento.

-D…os..Do..ss M…maaaasss…


Sus cuerpos tirados en el piso de la terraza van tan bien con ella!!
Pero que…? Son dos cuerpos tirados en el suelo, sangrando… Sangrando por todas partes!! Agonizando…?? No… Están muertos… Están tan muertos como la maestra, están pudriéndose como Él

-M…mamá? P..apá?

Pero ellos no contestaron, nunca volverían a hacerlo. Ese brillo en sus ojos… Ese enloquecedor brillo en sus ojos… Porque los ojos de los muertos brillan tanto?!?

El suelo… Empieza a convertirse en vacío… Pareciese como si hoyos negros se abrieran en mi terraza!! Y la puerta seguía azotándose.

Me levanto de mi silla.


-Por qué?!?!?- Grito y el sonido desgarra mi garganta, cuánto tiempo eh estado gritando???

Intento entenderlo todo… Pero no encuentro nada!! Nada!!
Mis brazos… Los tengo pegados a mis costados, cruzados… No puedo moverlos!!! Están pegados a mí!!!
Otro grito horrendo me destroza las cuerdas vocales y siento el sabor metálico en mi boca.
Intento desesperadamente golpear mi cabeza contra la pared, por Dios, que sirva de algo!!!!

Pero… Qué??? Las paredes son tan suaves… No me hago nada!!! No siento dolor!!! Por qué… Por qué tienen una textura parecida a almohadas?!?
Mi terraza… Mi terraza de madera tomó un color… blanco? Es blanco… Los hoyos se tragaron a mis padres… Y a mi maestra.

Oh Dios!!! Paredes blancas!!! Paredes blancas!!!
Esos viejos… Esos condenados viejos que yacen a fuera de esa puerta… Blanca… Acolchonada… Por qué se me hacen tan familiares???? Cómo pueden parecerte familiares incluso las paredes blancas?!?

-Otra crisis Doctor?
-Otra crisis, cierre la ventanilla.

Y así me dejan sola… Con la constante respiración de él…



Y la puerta de mi terraza se vuelve a azotar…



Estoy sentada en clase de matemáticas, mi maestra me enseña que un dos cuartos son un medio… Y un medio son dos cuartos…

Tuesday 20 January 2009

The Dance Of Eternity

Pues esta entrada está... Super, hiper, mucho, muy inspirada en una cosa estúpida de la escuela xDDD Me inspiré en un cosa... Como... Sencilla, se me ocurrió de repente y ... Aquí Está... Por favor, no pongan nombres ni nada por el estilo.

Plus: Fanny y Martha son las puercas, fundadoras de dicha inspiración así que supongo que ellas deben tener algo de credito.

Plus2: Está largo, y no es de mis favorito (Lo hice en una sola noche)

Plus3: Enjoy








Sólo era unos ojos irresistibles… Unos ojos… Claros… Lindos… Llenos de… De qué? Qué era? Ella no lo sabía… Ni le importaba porque no era importante… Hasta el día en que lo descubrió…

Ella yacía sentada… Mirando al frente sin interés alguno… Y él que hacía? Miraba al frente… Por qué? Pues porque ella estaba justo delante de él.
El salón estaba desordenado… O no? Se preguntaba él. El mundo parece desaparecer estando tan cerca de ella, y al mismo tiempo, distante. Todos los intentos, inútiles, que había hecho para que ella respondiera como él quería, y todas las veces que él había intentado ponerla celosa habían fallado estrepitosamente. Y sin embargo, no lo hacía todo mal… De hecho, consideraba que lo estaba haciendo estupendamente (A excepción de algunas ocasiones), creía que todas las indirectas que él le había mandado habían sido acertadas, y que la única que no podía discernir su verdadero significado era ella, esa mujer tan extravagante… Tan irresistible.

Y ahí seguía ella… Mirando hacia el frente ignorando que la persona que estaba detrás de ella la adoraba con locura.

Ella en cambio, pensaba en un hombre, un hombre al cual solía querer hace algo de tiempo, el hombre del cual se enamoro hace unos 2 años, pero el cual ahora… Le parecía tan distante… Tan frío… Últimamente la magia había disminuido poco a poco… Como ese otro día cuando se besaron y… No pasó nada… Nada de nada. No sintió ese retortijón en el estomago como solía sentirlo y no se le encendieron las mejillas como solían hacer. Ese hecho le heló el alma y la sumergió en una parálisis emocional… Ya no sabía si quería a su novio, o si sólo lo hacía porque si… Se sentía triste, cruel y vacía… Vacía por dentro.

-Maldita sea!!!- Maldijo de la nada el joven y apuesto Neil desde su asiento, mirando con fingida confusión al papel donde había estado garabateando números sin sentido.

Ella no se movió.

**Pregúntale y te juro que te hará caso, saco de testosterona** Le dijo una voz dentro de su cabeza.

-Rayos, rayos, rayos!!- Volvió a decir en un tono de voz que sólo él podía escuchar, al parecer.
**Hazlo…!**Bramó la voz de nuevo en su cabeza.** Pregúntale algo!! Marica idiota!!**

**Qué se supone que pregunte maldita sea!!!** Le respondió a la voz.

Esa voz que solía escuchar en su cabeza, la identificaba como “La voz jodona esa”. Claro que jamás le había dicho nada semejante a ninguno de su amigos o amigas, esas cosas para personas “como ella” se las guardaba para sí mismo.
Normalmente le hacía caso, por más molesta que fuera.

-Megan- Vociferó.
-Hum? Mande?

La voz de Neil, el entrometido, la despertó de sus taciturnos pensamientos y volteó a verlo. El muchacho la miró con sus ojos color miel claro, tan claro como el agua, y después volvió a ver la hoja de papel con los garabatos escritos.

-No entiendo-Dijo él
-Qué cosa?
-Esto… De matemáticas.

La verdad, era que él era relativamente bueno para las matemáticas, incluso más que ella. El solía sacar 8 y alguna vez 7, pero ella siempre se conformaba con pasar el examen.

Megan se cambió de asiento para poder ver la hoja y la observó. Frunció el seño y él la miró con interés y fascinación.

-Esto es de… El examen, no?-Preguntó ella mirándolo.
-Si.-Respondió él, sin siquiera saber lo que había preguntado.

Megan hizo un intento sobrehumano para explicarle el problema, pero él no escuchaba, por supuesto, el ya sabía que ella era terrible en matemáticas, y aún peor explicando. Por eso, sólo se conformaba con verla muy de cerca… Tan cerca como para besarla… Tan cerca como para susurrar en su oído…

-Entendiste??- Preguntó desconectándolo de su privado éxtasis.
-Si-Volvió a responder, apenas consciente de lo que había contestado.

Se concentró en el papel de nuevo y vio los números que había escrito antes. No entendía nada. Lo único que se limitó a hacer fue volver a mirarla. Por qué se veía tan… Mal esos días? Por qué su cara no se iluminaba cada vez que veía a ese malagradecido de Julian? (El cual no sabía que gustaba de su novia) Por que no había visto ese rubor en sus mejillas cada vez que la observaba secretamente?

-Megan?-Preguntó poniéndose repentinamente serio como solía hacer.
-Qué?-Parpadeó dos veces, confundida.
-Tú… -Comenzó.

**Eso no!!!** Escuchó desesperadamente a su voz interior y dio un respingo. Megan levantó una ceja.
-Qué?-Volvió a preguntar ella, presurosa.
-Eh… No nada, no es nada, gracias- Neil sonrió queriendo sonrojarse y después observó como Megan regresaba a su lugar.

**No seas imbécil** Susurro la voz en su mente **Aún tiene novio, y ese novio es uno de tus mejores amigos**

Y era por eso por que soportaba a esa voz tan molesta, porque lo salvaba de cosas imperdonables, al menos para él.


El sonido de la campana volvió a sacudirle las ideas de la cabeza. Se paró de su asiento y sintió el cuerpo pesado… Sin ganas de moverse.
Observó como la persona por la cual moría de amor se aproximaba a ella a paso lento y esbozando una sonrisa prácticamente invisible. Lo único que pudo expresar fue una mueca que parecía de dolor.

-Hola niña- Saludó Julian tomando a su novia por la cintura.
-Julian…-Dijo ella mirándolo a los hermosos ojos.

Lejos, pero no demasiado se encontraba él, fulminando a su mejor amigo con la mirada, frunciendo el seño como si estuviera realmente furioso. Y lo estaba, pero él no se daba cuenta.
-Respira- Le espetó el amigo que se encontraba justo alado de él, observando cómo volvía a volverse loco de celos.
-Estoy respirando- Renegó Neil volviéndose para ver a Dante.

La expresión se le suavizó y sonrió con ganas. Dante recordaba la vez en que su amigo le había confesado que moría de amor por la chica que era novia de Julian, y que ya no soportaba tenerlo en la consciencia más. Dante no se sorprendió demasiado, él la conocía y sabía que era una buena persona. Hasta había considerado que él mismo gustaba de ella, pero reparó en que sólo era pasajero.

Dante era alto, pero no tanto como lo era Julian. Su cabello era rizado y de un color castaño claro, casi tan claro como para poder considerarlo un rubio oscuro.
En cambio Neil tenía cabello negro, y su piel era blanca. Las pecas que poblaban una considerable parte de su cara lo hacían ver un poco más infantil y joven, pero eso no le quitaba el encanto natural que poseía. Era delgado… A decir verdad, era muy delgado, tanto como para lucir uno que otro hueso de su columna vertebral, pero eso siempre pasaba por alto.

-Y ya viste la película ….?

Típico de Neil, cambiar el tema, pensó Dante.


-Hoy se estrena una película que queremos ver- Le comentó Julian a Megan, con indiferencia- Quieres ir?

Megan parpadeó dos veces antes de contestar y después frunció el ceño. Julian estaba tan acostumbrado a esas expresiones que no se inmutó en absoluto.

-Está bien…-Dijo ella. Sin sentir nada en absoluto… Nada.


Mirarla se volvía cada vez más desesperante. Se quedaba ahí, sin hacer nada, sin decir nada. Una que otra vez la veía sonreír, pero el cambio se notaba. Megan ya no era tan feliz como solía ser.

**Pero cómo cambiarlo!!!**Se preguntaba con desesperación. **Maldita sea!!**

Para él, los problemas eran muchos, y parecían interminables. Pero la realidad era que su dolor estaba por terminarse… Aunque costase un poco más de dolor para otra persona.


Afuera de la plaza, en la fría noche se encontraban ellos dos, mirando con ausencia hacia la desocupada calle. Ella presentía que el momento se acercaba y el corazón le empezó a palpitar fuertemente, las mejillas se le tiñeron de rojo repentinamente y los ojos le ardieron.

-Megan.-Susurró Julian.
-Julian.
-Necesito hablar contigo.

El momento había llegado, sólo era cuestión de callar y escuchar.

Y así como así, Julian acabó con la farsa había sido su noviazgo por esas últimas semanas… Lo único que ella pudo responder fue:

-Está bien.

Como siempre…

Cuando llegó a su casa cruzó la cocina y tomó un vaso con agua fría. Lo tomó tan rápido que la cabeza le dolió. Se tendió en cama, aún con la ropa puesta y se sumió en un sueño profundo… Sin nada más que pensar ni desear…


El siguiente día fue peor que de lo que hubiera podido imaginar. La noticia se difundió tan pronto que ni siquiera le dio tiempo de decir palabra cuando llego a la escuela. Todos se abalanzaron sobre ella y la abrazaron hasta el punto en que ya nada tenía sentido.

-Estás bien, Megan???-Preguntaban todos sin parar.
-Es un idiota, no te preocupes-Decían otros.
-No valía la pena…
-La verdad, ya era hora de que cortaran…

Quería irse… Quería alejarse de toda esa compasión y más que nada, de él.
Sin embargo, seguía sin sentir nada en absoluto… No había derramado ni una sola lágrima como cualquiera hubiera hecho por la ruptura de un noviazgo que había durado tanto tiempo…
Quería largarse de la escuela lo más pronto posible… A pesar de eso… Fue casi la última que dejó la escuela… Casi la última.


Ni siquiera se atrevió a acercársele ese día. Conocía a las mujeres y sabía que ella estaría histérica y que a la última persona a la cual quisiera ver sería a él, siendo tan molesto como lo es con ella.
A decir verdad, se sentía algo feliz por la ruptura de esa parejita que tanto le desagradaba. Pero se sentía malvado al ver que ella sufría, y que él se sentía feliz.

**Qué más quisiera si no abrazarla…**Pensó.
**Pues ya vas, saco de testosterona**
Contestó su compañero dentro su cabeza.

Ella se sentó en una de las escaleras cercanas a su salón observando como el cielo se preparaba para llorar sus contaminadas gotas de agua. Se preguntaba quien cedería primero… Las nubes o ella?


La miro de lejos… Como pensaba encontrarla, triste… Apagada… Afligida… Lo que no pudo evitar fue sentir un poco de desprecio por su amigo. El idiota que había hecho sufrir tanto a Megan. El idiota que aparte, se la había arrebatado.
Una gota le cayó en la mejilla e hizo alusión a una lágrima. Más y más gotas empezaron a caer del cielo y lo empaparon casi por completo.

Después de que las nubes se rindieron… Ella le siguió. Se echó a llorar como nunca lo había hecho en tanto tiempo, el sonido de las gotas cayendo en el suelo acompañaba sus sollozos y hacían una sinfonía de su aflicción.
Entonces el corazón le dejó de latir por un momento al ver que no sólo el cielo lloraba… Si no que ella también.
Sus pies, plantados en el suelo se movieron casi automáticamente y corrieron, corrieron lo más rápido que hubiera sido posible y llegaron hasta ella, que se encontraba con su rostro entre sus manos.
Neil tocó su hombro con su mano mojada.
Ella levantó el rostro y después volteó atrás. Una esbelta figura se alzaba ante ella con una expresión de preocupación profunda, casi dolorosa.
Se levantó lo más rápido que pudo, pero él fue aún más veloz.

-Neil que pa…?

Neil tomó su rostro en su mano, tocando con suavidad sus mejillas en un intento de secar sus lágrimas. Estampó sus labios con los de ella y la abrazó lo más fuerte que la euforia le permitía. Megan estaba tan atónita que ni siquiera le dio tiempo para pensar.
Se separó de ella y la abrazó. Dejó que ella hundiera su cabeza en su hombro y empezó a acariciarle el cabello.

-Está bien…-Dijo él en un intento de consolarla.

Y Megan, sin saber porque, se lanzó a sus brazos y lo abrazó fuertemente. Lloró con más fuerza y lo hizo hasta que pensó que ya no le quedarían lágrimas.

La Danza de La Eternidad.
Dos manos entrelazadas marcaban el final de una era triste y sin sentido. Dos manos entrelazadas marcaban la victoria por fin. Dos manos entrelazadas marcaban unión.

Megan descubrió lo mucho que podía llegar a querer a alguien… Y Neil descubrió lo mucho que podía llegar a adorar… A una mujer…

-Te amo…- Le susurró él al oído.
-Yo también-Contestó ella.

En el balcón, observando el brillante y hermoso océano se encontraban ambos sonriendo. La suite matrimonial los seducía a adentrarse en ella, a ser poseídos por ella… Y ese era el plan.

-Podemos…?-Preguntó él, sonrojándose.
-Claro que sí.

Y con un beso, marcaron la eternidad… Su eterna danza hasta el fin.

Saturday 10 January 2009

Till' Death: Lovegirl Prov 3


Se que todos ustedes estan esperando la parte del loveboy pero tienen que entender que si no sale la tipa no se juntan los hechos y lo demas. Ahora, despues de algo de tiempo sin haber publicado estas entrada, aqui esta la parte de Lovegirl para dar paso despues a la de Loveboy. Y bueno, hope you enjoy it or something... k?





Tenía una tarea (no obligatoria, pero al fin una tarea) tenía que analizar esto: “El dice que te quiere mucho pero que no te lo dice por sus amigos”

Y la otra parte (La más importante): “Dice que te va a mandar un mail, que es importante”

Dijeron que mi rostro se había iluminado al leer ese arrugado papel con la mala caligrafía de mi amiga. Yo me negué a creerles.

Los días para la fiesta de San Valentín me comían lentamente y me devoraban con crueldad.
Pero para eso… Qué más daba!! Iba a recibir un mail de la persona más importante para mí (Por lo menos por el momento) Lo cual significaba que pensaba en mí… Que inocente y estúpida joven!!
Un día antes de la fiesta de San Valentín supuestamente recibiría el condenado mail…
Y los dientes afilados de las horas que estaba en la escuela, esperando ansiosa a llegar a mi casa y abrir el correo electrónico y encontrar un mensaje suyo, me masticaban con más y más crueldad y me hacían experimentar sensaciones desagradables, como retortijones en el estomago y mareos.

Claro… Esperando el estúpido mail… Que jamás llegó, de todos modos.

Al siguiente día, mi amiga me sorprendió con una noticia que me alegró el día, y me hizo desternillarme de risa hasta sacarme las lágrimas.

En fin, el día de San Valentín había llegado, y ese mismo día se suponía que recibiría el mail, “desde las 6 de la tarde” como había dicho ella.
Y como lo dije, el condenado mail jamás llegó.

Y no se suponía que iría a la dichosa fiesta… Pero al final cedí, desilusionada, perturbada y confusa.


Me dirigí a la secundaria azul (junto con acompañantes de más en los asientos de mi muy bonito carro.)
Al llegar no me imaginaba nada. Nada en absoluto. Ni siquiera esperaba verlo a él. Sólo quería… Estar ahí. Sólo quería estar ahí.

Es increíble como pude echar a perder las cosas aún sin saber nada de ellas. Es casi un talento (Un talento maldito)
Me dijo ella misma que él había venido y deduje que el estúpido mail no había llegado por que él había acudido a la fiesta. Una deducción bastante insulsa.

La noche tenía un color extraño. Yo lo recuerdo como un rojo anaranjado, como si estuvieras en la mitad del crepúsculo. El cielo negro y las figuras naranjas.
Confieso que esa fue la primera ocasión en la que bailé. Bailé… Bailamos… Sin ritmo. Pero fue divertido. Lo malo? Lo eché a perder sin siquiera darme cuenta.

Mi hermano, el acompañante 1 de más, me dijo que debíamos irnos. “30 minutos más” pedí.
El acompañante 2 me preguntó donde estaba él. Cómo si fuera a decirle!!

Pues esos 30 minutos más sólo me sirvieron para echarlo a perder… Más. Siempre trato de convencerme de que no sólo fue mi culpa.
Me ahorro la explicación de todo esto. Los vi rondando algunas veces por donde yo me encontraba… Acompañado… Acompañado?

Que más da; no significa nada para mí. El tipo siempre anda acompañado y no significa nada.

La fiesta se había acabado para mí. Ya era suficiente… Nada me esperaba y nada pasó…

Recuerdas la parte en la que dije que me había equivocado mucho? Recuérdala siempre. Puesto que siempre me equivocaba mucho.

Mi hermano y el acompañante 2 caminamos hacia la calle, yo, sin nada que esperar ni que pensar, y él… No lo sabía.

El acompañante 2 incluso me recordó algo que se suponía que iba a hacer, y replicó: “Dijiste que ibas a llorar en frente de él!!”
Quizá debí hacerlo. Aunque no iba a hacer falta… O eso es lo que pensaba.






La guerra no se acaba hasta que uno de los dos cede…

El color naranja se disolvió casi a la mitad de la calle, cuando me di cuenta de que la fiesta se había acabado.

Nada que esperar… Nada que pensar… O… si?